¿por qué la única fuente para el derecho penal está constituida por la ley?
En el ámbito del derecho penal, la ley se establece como la única fuente para regular y determinar las conductas delictivas y las sanciones correspondientes. Esta premisa se fundamenta en principios fundamentales de justicia y legalidad, garantizando así un sistema justo y equitativo.
La ley como única fuente del derecho penal asegura la protección de los derechos fundamentales de los ciudadanos, estableciendo de manera clara y precisa los límites y responsabilidades de las personas en la sociedad. Además, esta exclusividad evita el arbitrio y la discrecionalidad de los órganos judiciales, garantizando la certeza jurídica y evitando posibles abusos de poder.
En este sentido, el principio de legalidad se convierte en una garantía para todas las personas, ya que todos deben conocer las leyes y los delitos establecidos en ellas para poder evitar incurrir en conductas ilícitas. Esta exclusividad de la ley también proporciona una estructura jurídica sólida y coherente, facilitando la interpretación y aplicación de las normas penales por parte de los jueces.
En conclusión, la exclusividad de la ley como fuente del derecho penal proporciona un marco normativo justo y equilibrado, evitando el riesgo de abusos y garantizando la protección de los derechos y libertades de los individuos en la sociedad.